Basta de prejuicios hacia las personas trans

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No se nace varón o mujer: se aprende a serlo. La identidad de género es la convicción personal e interna de cómo cada persona se percibe a sí misma. Por eso, se hace cada vez más importante comprender que ser trans es una manifestación más de la diversidad de la naturaleza humana.
Mucho se viene avanzando en el mundo y en nuestro país en temas relacionados con ampliación de derechos, se ha logrado avanzar en comprensión y tolerancia, pero muchas personas trans siguen sufriendo hostilidades, discriminaciones, y un sin fin de violaciones a sus derechos humanos.
Rachel Crandall, co-fundadora de la organización Transgénero Michigan, impulsó en 2009 la idea de establecer el 31 de marzo cómo el día para la Visibilidad Trans, con el objetivo de que se tome consciencia y se reflexione sobre las condiciones de vida que llevan estas personas, y así acabar con la discriminación.
En Argentina
Casi todas las personas trans en nuestro país viven en la pobreza y la indigencia. Muchas de ellas, han sido expulsadas de sus hogares durante su juventud, dado que sus familias rechazaron su identidad de género.
La población trans es estructuralmente pobre porque se encuentra sistemáticamente excluida de los sistemas formales de la educación, lo que a la vez los expulsa de los mercados formales e informales de trabajo. Cómo consecuencia, de este aislamiento, obliga a casi un 90% de las mujeres trans a subsistir ejerciendo el trabajo sexual, quedando expuestas asimismo a la violencia masculina.
Por su condición de mujeres, trabajadoras sexuales y trans, este colectivo tiene una esperanza de vida de entre 35 y 41 años. Ante la marginalización del colectivo trans, durante la década del 2000, comenzaron a surgir en nuestro País, organizaciones destinadas a defender sus derechos humanos, impulsar políticas públicas y reivindicarlos cómo sujetos de derecho frente a la sociedad y frente al estado.
Cuando en 2021 se decretó la posibilidad de acceder a un Documento Nacional de Identidad No Binario, se amplió el camino para evitar distinguir por genero a las personas y modificar pautas sociales y culturales estigmatizantes.
Argentina se convirtió, así, en el primer país de América Latina en reconocer esta identidad de género, con la opción de figurar una “X” en la casilla destinada al género.
Silvia Madaleno, coordinadora del programa de Diversidad Sexual del INADI, señaló que es importante salir del binarismo, “porque significa que más identidades de género sean reconocidas legalmente, y puedan ejercer sus derechos siendo quienes son y no quienes el Estado les dice que deben ser”.
La Esi y la visibilidad trans
En nuestro país, se han ido ganando varias luchas en materia de derechos humanos, cómo la Ley de Matrimonio Igualitario, La Ley de Identidad de Género, la Ley de Educación Sexual Integral, y La Ley del Aborto, pero a pesar de ello en muchas escuelas aún siguen siendo un lugar en el cual los adolescentes trans sufren constantes situaciones de discriminación y exclusión.
La capacitación docente en materia de educación sexual sigue siendo desigual, encontrándose el sistema educativo con dificultades crecientes y múltiples carencias respecto al abordaje de temáticas en torno a las diversidades de identidad y género. Aunque el Estado sigue sin generar las herramientas necesarias para llevar a cabo una ESI integradora, los docentes militan a diario promoviendo los derechos de las niñeces vigentes.
Recomendaciones con el objetivo de que se respeten las diversas identidades en las escuelas
- No asumir el género de las personas en base a su apariencia
- Impulsar actividades en clase que no estén separadas por género.
- Promover el uso indistinto de las prendas de vestir.
- Si un estudiante trans pide que su identidad sea respetada, consensuar con él o con ella en qué espacios quiere que se use el nombre escogido
- No presionar a estudiantes trans en ninguna circunstancia a que expresen su identidad sino lo desean,
- Intervenir ante casos de violencia y acoso escolar
La sexualidad es un proceso que vamos construyendo a lo largo de la vida y que se encuentra atravesado por muchos factores. La ESI propone mirar la sexualidad de una forma integral, cómo una dimensión que abarca tanto los aspectos biológicos, cómo psicológicos, sociales, afectivos y éticos, donde niñeces y adolescencias crezcan en entornos que permitan la libertad de expresión, sin estereotipos impuestos.
Daniel Hector Saban