Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

El 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, proclamado por la ONU en el año 2015.
Autora: Julieta Panelo, estudiante de Vto año. Bachillerato de Cs. Naturales Adaptación de la monografía “Las mujeres en la ciencia”
El objetivo principal de este día tan especial es lograr una mayor participación e inclusión de las mujeres y las niñas en el mundo de la ciencia y la tecnología y de esta manera romper con la brecha de género.
Durante un largo tiempo las mujeres fueron excluidas de muchas cosas, entre ellas el ámbito científico y académico porque estaba reservado para los hombres. Esta exclusión se daba por todos los prejuicios y porque tradicionalmente se les asignaba un rol de cuidadoras del hogar y de la familia. Si miramos para atrás en la historia, nos encontramos con los nombres de grandes pensadores clásicos como Arquímedes, Euclides y Pitágoras pero muy poco el de mujeres, como el caso de Hipatia de Alejandría que está considerada como la primera matemática de la historia. Ella nunca pudo liberarse de los prejuicios al ser una mujer científica pero logró no caer en el anonimato o que ningún otro hombre ponga su nombre en vez del de ella. Sin embargo, Hipatia no es la única, pero la historia, siempre contada por varones, se encargó de silenciar los nombres de muchas otras mujeres que contribuyeron al progreso de la ciencia a lo largo de su vida.
Tiempo después, a partir del siglo XIX, con la aparición de los primeros movimientos feministas organizados, las mujeres pudieron acceder a estudios superiores y desarrollar su propia carrera profesional en la mayoría de países industrializados. La película “Marie Curie”, estrenada en 2021, que narra la vida de la reconocida Marie Sklodowska-Curie, primera mujer ganadora del Premio Nobel y primera persona en ganar dos Premios Nobel, es un excelente reflejo de las trabas que muchas debieron vencer para demostrar sus capacidades como investigadora en medio de un mundo machista. Pero, ella no es la única. Sí la más reconocida gracias a su perseverancia y tenacidad, pero son muchas las que han logrado avanzar en el camino de la ciencia, que fueron pasadas al anonimato o silenciadas por varones, quienes invisibilizaron sus inventos o investigaciones; por el simple hecho de ser mujeres.
En la actualidad, el desarrollo de la ciencia y la tecnología es un factor determinante en la producción y en el avance económico de los países, así como en la construcción de sociedades basadas en el conocimiento, pero que tiene una historia narrada en actividades masculinas. Ahora bien, esto sólo se explica bajo el paradigma de la construcción de un lenguaje genérico apoyado en lo masculino que dejó fuera de las definiciones a las mujeres. De hecho, en la Historia de la Ciencia las mujeres han contribuido notablemente a la investigación, tanto en el campo de la medicina como en el estudio de la filosofía natural, las artes, la obstetricia y la ginecología e, incluso, la anatomía humana.
La incorporación de las mujeres a la ciencia es producto de una serie de modificaciones que, a lo largo de la historia, han sufrido las diferentes instituciones sociales, dado que la presencia femenina en la ciencia es el resultado de una evolución gradual que forma parte de un proceso cultural, que se puede explicar desde la perspectiva de género de la mano de los movimientos feministas que lucharon por el empoderamiento de las mujeres. Cuando en el ámbito académico, la perspectiva de género aparece como herramienta teórica y metodológica que permite criticar las áreas del conocimiento tradicionales, demuestra que la condición femenina para participar en ámbitos de investigación y creación del conocimiento fue únicamente la subordinación propuesta por la influencia del ideal masculino que provocaron las situaciones de desigualdad y dominación, producto de las diferencias existentes entre los géneros.
Hoy se sabe que la contribución de las mujeres al desarrollo humano y a la construcción del conocimiento se ha dado de forma continuada a lo largo de la historia desde la antigüedad. Muchas de ellas, tanto escritoras como científicas, han aportado saberes al conocimiento científico-técnico de todos los tiempos, pero han sido silenciadas por los relatos históricos en manos de varones. A lo largo de la historia hemos visto cómo muchas mujeres eran relegadas a un segundo plano, privándolas del éxito que su genio y sus logros merecían. Algunos inventos creados por mujeres pioneras consiguieron superar los prejuicios e impedimentos a los que han estado sujetas demostrando que, sin ellas y sin su contribución, el mundo de la ciencia, la física, la química, la tecnología y nuestra vida en general probablemente no sería el mismo. Es cierto que la construcción del relato histórico prescindió de las mujeres y sus aportes a la ciencia, como los hicieron también otros discursos androcéntricos que buscaban silenciarlas e invisibilizarlas. Sin embargo, se puede comprobar que al igual que no existe una historia sin mujeres, tampoco existe una ciencia sin ellas.
Este 11 de febrero impulsemos el progreso en la investigación y la igualdad de género dado que las mujeres seguimos encontrando obstáculos en el campo de la ciencia. Según datos de la UNESCO, en la actualidad, menos del 30 por ciento de los investigadores en todo el mundo son mujeres y solo alrededor del 30 por ciento de todas las estudiantes escogen estudios superiores dentro del campo de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y matemáticas (STEM). Los prejuicios y los estereotipos de género se arrastran desde hace mucho tiempo y es preciso que los Estados generen acciones y políticas públicas para lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia de mujere