El Club de Ciencias y las nenas

Por Julieta Antonelli
Los chicxs de cuarto y quinto grado están en el laboratorio de la escuela. Hoy les traje gomitas, elásticos y resortes; pongo todo en la mesa central y ellxs exploran el material. Estiran, comparan, opinan y juegan. Entre todxs comentamos que, si hacen fuerza estos elementos te la devuelven, y que cuando los estiran éstos guardan la fuerza. De a poco nos vamos acercando a conceptos como energía, energía potencial, fuerzas acumuladas, gravedad y elasticidad. Me dicen que usan las gomitas para tirar proyectiles de papel; les propongo entonces construir algún dispositivo para lanzar, agregando materiales como palitos de helado, cucharas, hilos y cajas de zapatos. Diseñan y fabrican cosas geniales.
Las dos clases siguientes las pasamos construyendo distintos modelos de catapultas y proyectiles de papel. Utilizando las ideas trabajadas fuimos optimizando cada una de las catapultas hasta llegar a máquinas bastante aceptables que tiraban un proyectil que atravesaba el patio de lado a lado. Finalmente graficaron en sus cuadernos de notas el recorrido del misil de papel en dos dimensiones usando ejes cartesianos X e Y, que representan la altura y la distancia recorrida.
Estas actividades se desarrollan en Club de Ciencias, un taller voluntario y extraescolar que funciona desde hace más de 30 años en la Ciudad de Buenos Aires. Cada año quienes se anotan y asisten son, casi todos, varones. Las nenas no se inscribieron en el taller, sin embargo, ese año, hubo una excepción: y tiene nombre femenino. Se llama Abril.
Dentro de las propuestas educativas que propone la Ciudad de Buenos Aires, que abarca una variada oferta de actividades extraescolares, las nenas y los nenes hacen fútbol, inglés, guitarra, comedia musical, jockey, japonés, natación, circo, periodismo, ajedrez y muchas más, tanto en el ámbito privado como público. Los Clubes de Ciencias constituyen un proyecto que propone generar un espacio colectivo de construcción de saberes vinculados con las ciencias desde una perspectiva escolar, y está pensado especialmente para quienes les gustan las ciencias naturales además de representar una oportunidad única de la cual me siento orgullosa como docente. Sin embargo, creo que, como adultxs estamos haciendo las cosas muy mal si les hacemos creer a las nenas que ciencias como la física, la química o la paleontología no son para ellas.
Abril lo demuestra. A pesar de ser la única niña en un espacio lleno de varones, sin ninguna intención desafió los prejuicios y estereotipos, puso en alerta mi mirada a su accionar feliz de poder compartir el Club de Ciencias con sus compañeros. Ella construyó una catapulta chiquita y hermosa, rosa y llena de flores, que tiraba su proyectil muy lejos. Además, trajo un muro de cartón que había decorado con su abuelo, que nos sirvió para probar la altura que alcanzaban los misiles, porque tenían que pasarlo por encima. Sus compañeros nunca vieron en ella obstáculo alguno, no la segregaron ni la apartaron, demostrando que, generalmente, somos las personas adultas quienes condicionamos a lxs niñxs. La sonrisa de Abril cuando aprende es de las más lindas que vi. Ella es libre y sabe que no tiene límites; espero que nunca nadie la encadene.
Hoy, 11 de febrero, día en que se celebra el “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia”, pensado con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, y lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, me pregunto… ¿Cómo será el futuro científico y tecnológico en un país con clubes de ciencias llenos de niñas?
* Julieta Antonelli es Lic. Ciencias Biológicas, Profesora de Enseñanza Media y Superior en Biología y escritora de novelas. Trabajó como guía educativa en zoológicos, museos de ciencias y áreas naturales. Durante 11 años fue profesora de clubes de ciencias. Actualmente elabora propuestas de ciencias naturales y capacita docentes en el Ministerio de Educación de CABA.