Hacia un #8M con perspectiva de género

La celebración del Día de la Mujer nos presenta anualmente a quienes educamos desafíos en torno a como llevar al aula esta jornada histórica. Frente a escaparates de tiendas que ofrecen descuentos o a páginas de redes sociales que regalan flores, bombones o corazones de rojo intenso, debemos aprovechar la fecha para dejar en claro cual es el verdadero sentido de la lucha de las mujeres.
Por María Inés Alvarado
Cada 8 de Marzo, la sociedad conmemora un nuevo Día Internacional de la Mujer. Esta jornada refleja la lucha de miles de mujeres, que se unen para recordar a esas 129 mujeres trabajadoras que encontraron la muerte mientras realizaban una huelga con permanencia en su lugar de trabajo, una fábrica textil de Nueva York. Su reclamo exigía una reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual al que percibían sus compañeros varones que realizaban las mismas actividades y era, además, una denuncia a las malas condiciones de trabajo que padecían. Sus voces fueron acalladas por el dueño de la fábrica, quien ordenó cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran y abandonaran el lugar, y provocó un incendio se llevó sus vidas para siempre, dejando la lucha en manos de millones de mujeres de todo el mundo que salen a las calles para reclamar sus derechos y la igualdad de género.
Años más tarde, y durante la Revolución Rusa otro grupo de mujeres obreras textiles de la ciudad de Petrogrado se levantaron en una gran manifestación en una revuelta que se extendió por todo el país y conseguiría importantes victorias para las mujeres, entre ellas el derecho a voto.
La pregunta que surge cada año en esta fecha, es ¿por qué es necesario festejar un día de la Mujer? Porque, en todos los países del mundo, más allá de las fronteras nacionales y las diferencias étnicas, lingüísticas, culturales, económicas y políticas, las mujeres debemos unirnos para seguir luchando en pro de la equidad, la justicia, la paz y la igualdad de oportunidades. El #8M es una jornada de reivindicación para empoderar a las mujeres, es un día de lucha y reconocimiento social por todo lo que hasta ahora conseguimos, pero también y, sobre todo, por aquello que aún no pudimos alcanzar.
En un contexto de pandemia como el que vivimos desde hace más de un año, la ONU Mujeres ha establecido como lema oficial de este #8M la siguiente consigna: “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19” resaltando que en estos tiempos las mujeres han encontrado nuevos obstáculos que se suman a los de carácter social y sistémico que frenan la participación y el liderazgo de las mujeres, y donde se hace cada vez más necesario aunar fuerzas y redoblar la lucha, sobre todo para frenar el aumento de la violencia doméstica, el sometimiento a maternidades forzadas, la obligatoriedad a realizar tareas de cuidados no remunerados, y las condiciones que las lleven a vivir graves situaciones de pobreza de la mano del desempleo.
¿Qué podemos hacer como docentes de la mano de la ESI para abordar estas problemáticas? Seguir generando actividades que ayuden a prensar situaciones relacionadas con las violencias hacia las mujeres, tales como: el crecimiento de los femicidios, el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), el techo de cristal en las oportunidades laborales, la romantización de las tareas de cuidado, las mentiras acerca del amor romántico, el lugar de las mujeres en la ciencia, el deporte o las manifestaciones artísticas. Sin duda, trabajar la ESI desde una perspectiva de género es necesario para que este #8M el Día Internacional de la Mujer no pase desapercibido en las escuelas.
¿Qué significa educar desde otra perspectiva?
La perspectiva de género se refiere a la metodología y a los mecanismos que permiten identificar, cuestionar y valorar la discriminación, desigualdad y exclusión de las mujeres e identidades no binarias, justificando que las diferencias biológicas entre varones y mujeres fueron socialmente aceptadas como naturales, pero sólo sirvieron para generar confusión. Hablar de perspectiva de género implica la oportunidad de transformar y derribar estereotipos, para buscar la distribución equitativa del poder y garantizar la participación ciudadana de las mujeres en la modificación de discursos sociales.
No podemos dejar de reconocer que la perspectiva de género es una batalla ganada por los movimientos feministas, que buscan las equidades y la inclusión de todos los grupos y colectivos/as humana/os que han sido marginados a lo largo de la historia universal. Además de favorecer el ejercicio de una lectura crítica y cuestionadora de la realidad para analizar y transformar la situación de las personas, ayudando a la visibilización de la violencia y la lucha contra el patriarcado.
La perspectiva de género es uno de los ejes que marca la Ley 26150 para la planificación de estrategias educativas, como concepto transversal, o sea, que implica el compromiso de todos los actores de la comunidad educativa en el desarrollo de la ESI ya que es imprescindible para entender que la vida de mujeres y varones puede modificarse en la medida en que no está “naturalmente” determinada, sino que se construye en las relaciones socio históricas que se dan entre sí, a partir de la inclusión y la búsqueda de equidad.