La importancia de la ESI desde el nivel inicial

La Ley de Educación Nacional Nº 26.206 expresa, en su Artículo 18, que la Educación Inicial constituye una unidad pedagógica. Dado que comprende la escolaridad de niñeces desde los 45 días hasta los cinco años de edad, se hace cada vez más necesario incluir el abordaje de contenidos ESI para ir desarrollando una curricula que presente la sexualidad desde una mirada integral de acuerdo a cada edad evolutiva. Y, sin duda, la mejor manera de hacerlo es a partir de propuestas de carácter lúdico, ya que el juego es la actividad espontánea por la cual más y mejor se vinculan durante la primera infancia.
Por María Inés Alvarado*
para Diario Digital Femenino

En el material Educación Sexual Integral para la Educación Inicial, producido por la Subsecretaría de Equidad y Calidad Educativa del Programa Nacional de Educación Sexual Integral (PNESI), se describe la importancia del juego en el reconocimiento del cuerpo, tanto individual como de sus pares, a la vez que van desarrollando su capacidad de percibir y de conocer la realidad, y la del mundo que les rodea. El juego aparece significado como contenido de alto valor cultural para el desarrollo cognitivo, afectivo, ético, estético, motor y social que orienta la acción educativa como un producto de la cultura, promoviendo la interacción entre lo individual y lo social, entre lo subjetivo y lo objetivado. Agrega, también que, a través de distintos formatos tanto como con los juegos tradicionales como con lo simbólico o dramático, cada docente puede observar saberes previos e ideas personales de sus grupos para promover nuevos aprendizajes relacionados con los ejes de la ESI: el conocimiento y cuidado del cuerpo; la valoración de las emociones y expresiones; el respeto por la diversidad; la equidad de género y el ejercicio de los derechos.
En el cuadernillo Recursos lúdicos ESI para el Nivel Inicial, editado por la plataforma LaESIenjuego.com.ar se desarrollan una serie de recursos de tipo lúdico para abordar los contenidos que plantea los lineamientos ESI desde el lugar del juego para pensar en la posibilidad de construir lazos y establecer acciones que ayuden a problematizar cuestiones que las infancias no pueden poner en palabras. El derecho al juego está estipulado como un derecho humano, precisamente en el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño del año 1989 y, según la publicación de UNICEF Deporte, Recreación y Juego tanto el deporte como la recreación y el juego fortalecen el organismo y evitan las enfermedades, preparando a niños y niñas desde temprana edad para su futuro aprendizaje, previniendo males de la vida adulta y mejorando la autoestima.

La E.S.I. en el Jardín de Infantes, debe contribuir a que las infancias entiendan que los patrones y comportamientos asignados a cada género forman parte de una construcción social y cultural y que nadie debe imponerles, por ejemplo, cual juguete o juego elegir o qué color de ropa deben usar. Si desde los primeros años de escolaridad se les da la opción de elegir por sus propios intereses el tipo de juego o juguete que les agrada, les ayudará a tener imaginación y desarrollar habilidades que fomenten relaciones no sexistas y libres de prejuicios en relación a la sexualidad. Sin duda esto es trabajo para el cuerpo docente: deben entender que su participación es clave y fundamental para promover el cambio, desde su lugar de promoción de derechos y así ayudar a gestar una sociedad libre de imágenes y representaciones sociales estereotipadas que resulten transformadoras. Deben generar espacios de participación estimulantes y divertidos, con el juego como protagonista, y con la educación sexual integral como contenido para poner en palabras todo aquello que las niñeces no pueden manifestar abiertamente.
Quizás, el mayor desafío para docentes de Nivel Inicial es incluir la diversidad dentro de sus planificaciones. Cuando hablamos de diversidad, hablamos expresamente de poder identificar y valorar las diferencias de las personas, tanto las físicas como las culturales, aquellos aspectos inherentes del ser humano que hacen de cada persona un ser único e irrepetible, más allá de las diferencias que puedan presentarse anatómicamente en los cuerpos entre mujeres y varones. Por eso es importante promover el trabajo con las familias, los centros de salud y las organizaciones sociales que generen propuestas de enseñanza orientadas a trabajar en pos de la diversidad, el fortalecimiento de la autoestima, y el desarrollo de comportamientos de autoprotección, entre otros.

Respetar la diversidad incluye entender que la humanidad está constituida por personas y grupos que tienen características individuales, familiares, culturales y sociales diferentes. El rol de la escuela es fundamental para internalizar valores, normas y creencias, y esto se logra a partir de trabajar por la equidad, no promoviendo un discurso “homogéneo” sino atendiendo a las necesidades individuales, desde una mirada no sexista de la educación, alejada del modelo binario. En el cuadernillo ESI y Diversidad para el Nivel Inicial, también editado por LaESIenjuego.com.ar, se describen actividades de tipo transversal para profundizar el reconocimiento y valoración de las manifestaciones de las múltiples diferencias entre las personas: agrupadas en cuatro tipo de secuencias didácticas: Identidades; Familias diversas; Respeto y valoración por la diversidad; Trabajo y roles de género.
La ley 26.150 ayuda a ampliar el concepto de sexualidad, entendiendo que el desarrollo sexual de las personas se inicia el mismo día del nacimiento y va creciendo y desarrollándose a lo largo de toda la vida humana, necesitando en cada momento acceder a diferente tipo de información o conocimientos. Sin embargo, sabemos que con la información no alcanza, y que también es necesario trabajar sobre los prejuicios y las creencias que sostienen actitudes discriminatorias y sobre el conocimiento de derechos y obligaciones. Y de eso debe ocuparse la escuela.
