Sacar a la AHE de la clandestinidad
Desde fines de febrero, diferentes organizaciones de defensa de derechos vienen visibilizando, a través de mensajes de difusión en redes sociales, la Campaña por la Anticoncepción Hormonal de Emergencia (AHE) accesible para garantizar los derechos sexuales y (no) reproductivos. Para exigir que esta medicación esté disponible y sea de acceso libre y gratuito cuando se la necesite, elevaron una carta a la ministra Carla Vizzotti exigiendo que el Ministerio de Salud trabaje sobre las trabas que aún existen para su acceso.
Por María Inés Alvarado
para Diario Digital Femenino
La Campaña, integrada por la Asociación Metropolitana de Equipos de Salud (AMES), el Postítulo Especialización Docente de Nivel Superior en Educación Sexual Integral I.S.P. Joaquín V. González, y la Asociación Civil de Comunicación y Cultura La Retaguardia, plantean la importancia de promover una articulación estratégica entre los sectores de salud con otros tales como la Educación, los vinculados al ámbito comunitario y las organizaciones de la sociedad civil para que puedan contar con la disponibilidad de las pastillas de AHE en todas las instituciones. Este trabajo intersectorial busca ayudar a reducir los tiempos para el acceso, aumentar la efectividad del medicamento, asegurar el derecho a la información y garantizar el acceso a personas adultas y adolescentes a este recurso de emergencia que resulta la última oportunidad de evitar un embarazo no intencional.
Es mucho lo que la Educación Sexual Integral (ESI) puede hacer para acompañar esta iniciativa. En primer lugar, ayudar a visibilizar que la AHE ha sido incluida dentro de los medicamentos esenciales por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como último recurso para evitar un embarazo no intencional ante una relación sexual sin protección, ante la falta de protección con un método eficaz, cuando falló el método utilizado por algún motivo y en casos de violencia sexual. Según la información enviada al Ministerio de Salud, si la AHE se utiliza de manera apropiada, se podrían evitar tres de cada cuatro embarazos. Y, en segundo lugar -y más importante- ayuda a sacar a la mal llamada “píldora del día después” de la clandestinidad a la que viene siendo sometida desde hace varios años.
Descarga el folleto completo para imprimir AQUÍ
La campaña, que se lanzó el miércoles 8 de marzo en el marco de las actividades desarrolladas en los alrededores del Congreso por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, lleva por lema “No le digas pastilla del día después, porque el día después puede ser tarde” fue desarrollada con el aval del proyecto Incubadora ESI Igualdad, impulsado por Amnistía Internacional, y busca derribar los mitos que se han extendido en estos años alrededor de ella. ¿Cuáles son esos mitos? Que se debe tomar el día después; que es “abortiva”; que no puede adquirirse en farmacias; que no es para adolescentes; que deben tomarse solo dos por año; que tiene efectos adversos y que debe ser recetada tras una consulta médica.
Estos mitos, que nacen del desconocimiento y la malicia de grupos anti derechos que están en contra del derecho al placer y de la autonomía para decidir hoy pueden derribarse gracias a una efectiva implementación de la ESI. ¿Qué se debe trabajar en las aulas? La importancia de informar que la anticoncepción de emergencia se debe tomar durante las primeras horas de haber tenido una relación sexual sin protección. Que el mito “del día después” solo ayuda a perder eficacia. Que no existe posibilidad de aborto porque si se toma a tiempo no hay posibilidad de embarazo. Que debe facilitarse la provisión de las mismas de manera simple en instituciones médicas, sociales y educativas. Que profesionales de la salud y la educación debe contar con información pertinente y adecuada. Que todas las personas menstruantes en edad fértil pueden tener a mano la posibilidad de llevarla a mano en su cartera, mochila o botiquín cercano.
¿Cómo hablar de AHE en las aulas?
Como todo lo que promueve la ESI, la forma de llevar la AHE a las aulas es con información científicamente validada y veraz. En la página del Ministerio de Salud de la Nación Argentina, las Dras. Belén Provenzano y Stella Sappa, explican que, desde el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable (PNSSyPR) se deben desarrollar acciones destinadas a garantizar los derechos fundamentales de todas las personas. Promover la gratuidad de insumos anticonceptivos, incluida la de emergencia, ofrece a las personas una importante segunda oportunidad de prevenir el embarazo. En Argentina la AHE fue incluida dentro de los métodos anticonceptivos que distribuye de manera gratuita el PNSSyPR y que la OMS la promueve sin ningún tipo de contraindicación, porque la dosis de hormonas de la pastilla es relativamente pequeña y se utiliza por un corto tiempo.
Es fundamental explicar que, en Argentina, el único método de emergencia disponible es levonorgestrel (AHE-LNG) que actúa bloqueando o alterando la ovulación. ¿Cómo? Evitando que el esperma y el óvulo se encuentren al afectar el moco cervical, la motilidad del esperma y/o la capacidad de los espermatozoides para unirse al óvulo. En la página del Ministerio de Salud previamente citada se describe claramente que “la AHE-LNG no interrumpe un embarazo en curso ni daña un embrión en desarrollo (…) no impide que un huevo fecundado se implante en la capa que recubre la cavidad uterina. Es decir, no causa aborto”. Tomada dentro de las primeras doce horas, su eficacia es del 95%, disminuyendo progresivamente “hasta cinco días posteriores a la relación sexual sin protección anticonceptiva”.
Su uso es seguro tanto en personas adultas como adolescentes, no provoca alergias ni adicciones ni reacciones tóxicas y, en investigaciones actuales se ha demostrado que la cantidad de hormona activa es menor a las de las píldoras anticonceptivas de uso habitual, por lo tanto, tampoco tiene efecto en la fertilidad futura. También se hace necesario agregar que, si una persona toma AHE estando embarazada, “no tiene ningún efecto en el embarazo ni altera su curso; no produce malformaciones congénitas, no altera el peso al nacer, ni hay diferencia en el sexo de los recién nacidos”. Por último, sí debe aclararse que su uso continuo puede generar efectos secundarios, tales como irregularidades menstruales, náuseas y vómitos, y que no ofrece protección contra las infecciones de transmisión sexual.
Garantizar derechos es uno de los ejes de la ESI. Promover información pertinente y colaborar con las organizaciones sociales que llevan adelante acciones para seguir en el camino de la ampliación de derechos, también. Es mucho lo que se puede trabajar desde la ESI para desterrar mitos y seguir ayudando a la construcción colectiva.
Se puede seguir a la Campaña a través de las redes digitales: @aheaccesible en Facebook, Twitter, Twitch, Youtube e Instagram o consultar dudas escribiendo al mail ahe.accesible@gmail.com