Tu cuerpo te pertenece

Hace poco más de un mes, se presentaron en la Cámara de Diputados dos proyectos de ley que apuntan a erradicar la violencia de género digital. Ambas iniciativas nacieron del trabajo de diferentes organizaciones sociales que acompañan a mujeres que sufrieron violaciones a su intimidad. Es muy importante entender que la violencia digital se perpetra a través de los medios digitales, cómo redes sociales, correo electrónico y aplicaciones de mensajería móvil, y no está desconectada de la violencia machista que se vive fuera del mundo online.
Edición y redacción: María Inés Alvarado*
para Diario Digital Femenino
Ambos proyectos de ley proponen tipificar la violencia digital cómo un delito. El denominado ley Olimpia impulsa introducir en la Ley 26.485, que es la Ley Integral contra la Violencia por motivos de género, a la violencia digital como una violencia por motivos de género, de esta manera, propiciaría un marco teórico, posibilidad de políticas públicas y de prevención contra esta violencia, para poder generar instancias de prevención. Lleva el nombre de una víctima: Olimpia Coral Melo, quien sufrió una situación de vulneración de material íntimo e impulsó esta normativa en México. El segundo proyecto promueve la aplicación de sanciones si esto llega a suceder y lleva por nombre ley Belén, en alusión a la historia de Belén San Román, una joven policía de 25 años que, en el año 2020, fue inducida al suicidio luego de que su expareja publicara imágenes íntimas y sin consentimiento en redes sociales. La legislación propone que la difusión no autorizada de imágenes y videos se tipifique cómo delito con penas de multas e inclusión de prisión.

Las personas jóvenes y, sobre todo, las mujeres son quienes más sufren esta modalidad delictiva, que van desde las amenazas y la extorsión a la revelación de secretos y la violencia de género. El desconocimiento en numerosas situaciones alcanza, a los autores de los hechos delictivos quienes muchas veces “no tienen consciencia de que, por ejemplo, compartir sin el consentimiento de una persona imágenes suyas a terceros, es también un tipo de violencia con consecuencias penales”. Mónica Macha, diputada nacional por el Frente de Todos, y propulsora de ambos proyectos sostuvo que más del 90% de las situaciones es con mujeres, porque nuestra sociedad, “que es bien machista y misógina” muestra que el hostigamiento que reciben, a partir de la difusión de imágenes sin consentimiento, implica violencia hacia las mujeres.
En la página de
Fondo de Población de las Naciones Unidas UNFPA Argentina se describe que, para cumplimentar el objetivo de la ESI relacionado con la prevención de toda forma de violencia, coerción y abuso sexual, es preciso educar en los principios de equidad de género, desde el trabajo conjunto de docentes y estudiantes en la deconstrucción social de formas de relación y mandatos culturales que reproducen desigualdades y violencias. Agrega también que las TIC se convirtieron en importantes espacios de socialización, construyendo y reforzando identidades y mandatos sexistas que están presentes tanto en las formas diferenciales de acceso y uso de los dispositivos, como en los contenidos digitales que reproducen representaciones sociales con estereotipos de género. Por esta razón, propone incluir la reflexión sobre la cultura digital articulada con la ESI, a partir del cuadernillo «Abordajes desde la ESI de la violencia de género a través de TIC con adolescentes».

En la misma línea UNFPA creó el programa Bodyright, tu cuerpo te pertenece incluso en Internet, para entender que los derechos de las imágenes de los cuerpos de las personas sean tenidos en cuenta de la misma manera que lo son los derechos de propiedad intelectual. Describe en su sitio web que Internet puede ser un lugar hostil y lleno de odio, especialmente para mujeres, niñas, minorías raciales, étnicas, el colectivo LGBTIQ y otras comunidades marginadas que provocan consecuencias devastadoras para quienes la sufren, ya que la sensación de impotencia que sienten las víctimas es reales y duraderas. “La misoginia y la violencia digital son una violación generalizada de los derechos humanos, pero las empresas tecnológicas y los responsables políticos dan más valor y protección al copyright que a los derechos humanos en Internet”, explica.

La ESI es el marco ideal para plantear estrategias pedagógicas que permitan la detección, prevención y abordaje de la ciberviolencia de género. Mientras que las escuelas constituyen un espacio clave para poder trabajar la erradicación de todo tipo de agresión al incluir el concepto de consentimiento, clave para entender la diferencia entre lo que significa que No es no. Además, es fundamental para aprender a construir relaciones basadas en el respeto y la confianza, a identificar el acoso y la violencia, para modificar hábitos de la ciudadanía digital y a buscar ayuda ante situaciones de agresión y vulneración de derechos al promover la modificación de creencias, comportamientos y pautas culturales que permiten la subordinación, opresión, desvalorización y discriminación de mujeres e identidades disidentes.
Investigación: Daniel Hector Saban