Que las clases empiecen con ESI
A pocos días del comienzo oficial del período lectivo 2024 y con el malestar docente por la falta de claridad frente a las paritarias salariales, se abre un escenario difícil para el inicio de clases. Si bien la pregunta que atañe a este espacio es cuál será el lugar que ocupará la Educación Sexual Integral (ESI) durante este año, quienes venimos desarrollando estrategias de promoción de derechos sabemos que la realidad no representa un pronóstico demasiado auspicioso.
Cuando a fines de 2023, con el triunfo en las elecciones del gobierno de La Libertad Avanza, temimos que la ESI había llegado a su fin como propuesta educativa. El desprecio que el entonces candidato y actual presidente Javier Milei demostraba hacia la ESI y los dichos negacionistas de su compañera de fórmula Victoria Villarruel, hacia una educación con perspectiva de derechos provocaron dos efectos contradictorios. Por un lado, un espacio de fuerte expresión de discursos de odio racistas y xenófobos entre aquellos estudiantes varones que compraron ese mensaje del individualismo, del autoritarismo, del violento que grita y se enoja para ser escuchado y, por otro, el lugar de la resistencia, como un fenómeno de quienes trabajamos y defendemos la ESI porque creemos que es necesaria y hay que sostenerla frente a la otra postura.
Trabajar y sostener la ESI implica aplicarla de manera transversal en los tres niveles y desde todas las asignaturas teniendo en cuenta que hablar de sexualidad en la escuela no implica solo dar y recibir información desde el aspecto biológico sino también con la mirada puesta en lo afectivo, lo psicológico, lo social y lo ético. Para la investigadora y socióloga feminista Dora Barrancos, en el artículo La ESI debe ser transversal e iluminar el plexo curricular: “La ESI tiene como cometido fundamental apuntalar la libertad humana, sirve para darle más autonomía a las personas a propósito de una mejor comprensión de sí mismo, de sí misma o de si misme” y, a su vez, reflexionar acerca del significado del propio cuerpo y del propio deseo.
Por otro lado, y dado el contexto social emergente, se hace necesario trabajar de manera urgente el consentimiento, las relaciones interpersonales, el abordaje social de la(s) violencia(s) en sus distintas formas, ámbitos y modalidades. Es de público conocimiento que cerca de un 80% de los casos de abuso infantil fueron denunciados luego de recibir clases y/o jornadas ESI, lo que demuestra que niñeces y adolescencias puedan detectar situaciones de violencias, tanto dentro como fuera de los ámbitos familiares.
Planificar actividades que incluya a las mujeres en las temáticas a trabajar desde una perspectiva de género, con recursos pedagógicos y herramientas que permitan explorar otras maneras de aprender y enseñar, pensando en los casos particulares, para lograr la inclusión y buscar eliminar los estereotipos que estructuran las formas de actuar de varones y mujeres, pensando en la equidad para promover la igualdad de derechos y oportunidades.
Además, la ESI es una oportunidad para dialogar y repensar acerca de las cuestiones de género y la inclusión de las diversidades. Ayuda a seguir desterrando las ideas que circulan alrededor de que la ESI es “adoctrinamiento con ideología de género” y que todas las personas tienen derecho a elegir como expresar su identidad y a quien amar. Esto se logra usando en las clases un lenguaje creativo, que no limite por sexo o género a las personas, que incluya a todas las identidades y permita la libertad de expresión. La ESI es democracia porque ayuda a que circule la palabra y cada estudiante pueda expresar sus opiniones.
Por último, es necesario que la ESI, como derecho conquistado se aplique de forma efectiva en todos los niveles de todas las provincias y en cada institución educativa del país. Y, como en octubre la Ley 26150 de Educación Sexual Integral cumple la mayoría de edad, es más importante que nunca, que este año las clases empiecen con ESI.
(*) Docente, comunicadora. Co-directora de La ESI en juego.
Columnista de Diario Digital Femenino– De ESI Sí Se Habla